La obra que empezó Albéniz y terminó Granados

"Verdaderamente Azulejos son deliciosos. Rosina me ha regalado el original de Isaac y lo guardo como oro en paño. Lo hecho mío poco me importa tenerlo. ¿Quieres que lo tengamos entre los dos? Ya te mandaré el original de lo que yo he escrito."
Así termina la carta que Enrique Granados envió a Joaquim Malats el año 1910 en relación con Azulejos, una obra para piano de exquisita factura que el maestro Isaac Albéniz había dejado inacabada y que constituiría el inicio de una segunda suite tras el éxito de la Suite Iberia. Granados la retomó en el compás 51 para dejarla en sus actuales 154 compases en un ejercicio magistral en el que sigue fiel a su propio estilo pero al mismo tiempo no traiciona el espíritu original de la obra de Albéniz.
La obra entera fue editada en 1911 por Édition Mutuelle de Paris. Los manuscritos originales se separaron y hasta la fecha se conservan en el Museo de la Música de Barcelona y la Biblioteca de Catalunya respectivamente. No obstante el folio central que contiene la unión de las dos partes había quedado separado del conjunto y finalmente apareció entre una colección de autógrafos. Probablemente por su peculiaridad había sido extraído, enmarcado y expuesto en el Institut del Teatre.
A raíz de este hallazgo la Biblioteca de Catalunya realizó una edición de lujo, con partitura y facsímil del original, en la celebración del centenario de la composición de esta obra.
A partir de esta nueva edición se acaba de publicar el disco Azulejos, música de cámara que, además de la interpretación de Azulejos con el pianista Jean-Bernard Pommier, contiene el Quinteto en sol menor y el Trío en do de Enrique Granados interpretados por Santiago Juan y Cristian Benito, violín; Alejandro Garrido, viola y Màrius Díaz, violonchelo.
Escúchalo aquí >
Compartir: