Toti Soler

Vilassar de Dalt ( 1949 )

Es preciso detenerse para sentir la belleza, tomar al tiempo su pulso de vida para percibir la belleza, prestar atención al alma de cada cosa para encontrar la belleza. Pero si todo nos resulta demasiado vasto y difícil, hay quien nos lo hace cercano y sencillo. Toti Soler, compositor, guitarrista, músico de poemas y cantante, siente, percibe y encuentra la belleza en el corazón de cada cosa y generosamente nos la ofrece en cada una de sus composiciones. Nacido en Vilassar de Dalt (Barcelona) el 1949 inició sus estudios musicales en 1965 en el Conservatori Muncipal de Música de Barcelona, ampliándolos en 1969 en el Spanish Guitar Center de Londres. Esta formación inicial clásica estará siempre presente en su obra pero no será, ni mucho menos, la única. En 1971 conoce al blues-man americano Taj Mahal y aprendiendo y compartiendo el uno del otro la medida del ritmo que da el llanto hecho música realizan juntos diversos conciertos. Pero el camino de contínuo aprendizaje está en su justo comienzo y Toti Soler cautivado por la sabiduría gitana del flamenco más puro viaja a Andalucía en 1972 y adquiere e integra a su música todo el aprendizaje recibido del legendario guitarrista flamenco Diego del Gastor. A partir de 1973 su vida musical inicia un nuevo vuelo. De la mano del poeta, actor y cantante Ovidi Montllor, Toti despliega tota la sensibilidad aprendida y sentida sobre versos de poetas escogidos transformándolos en canciones y recitales que durante veintiseis años llenarán escenarios de inumerables teatros, uno de ellos el celebrado en el mítico teatro Olympia de París. La delicadeza, la intuición, la riqueza musical de Toti Soler es muy pronto requerida por otros artistas de renombre internacional. Así, en 1980 el actor y director italiano Ugo Tognazzi le encarga la composición de la banda sonora de su película I viaggiatori della sera y es en ese mismo año que el genio de Léo Férré encuentra en los prodigiosos dedos de Toti Soler el complemento ideal para sus improvisadas e intensas interpretaciones. Juntos realizarán diversos recitales en directo y grabarán en un estudio de Milán el disco Léo Ferré: ludwig - l'imaginaire - le beateau ivre. Fiel al ritmo musical que diez años antes descubrió, en 1984 participa en la Bienal de Arte Flamento de Sevilla 'El Toque' y en 1989 es invitado a participar en el Festival Internacional de Guitarra de Córdoba. Durante los primeros años de la década de los 90 Toti Soler profundiza y perfecciona la tècnica flamenca con el maestro sevillano José Manuel Roldán. En 1994 la Orquestra Simfònica de les Balears cuenta con su presencia como solista en el Festival de la Cançó Mediterrània de Palma de Mallorca. Consagrado ya como compositor e intérprete de la contemporaneidad que recoge tradiciones de ritmos y sones tan diversos Toti Soler acepta el reto de regresar a los orígenes de su formación participando en 1996 en el VIIè Festival de Guitarra de Barcelona mostrándose por primera vez en público como intérprete clásico ofreciendo un concierto dedicado a J.S.Bach. Ese mismo año recibe el Premio al Millor Disc Català de l'Any por sus composiciones recogidas en el disco grabado en Suiza, Lydda. En 1998 compone la música para el montaje teatral basado en la obra del escritor Ramón del Valle-Inclán Farsa y Licencia de la Reina Castiza. Este trabajo le valdrá el Premi de la Crítica Teatral de Barcelona. En 1999 recibe el Premi al Millor Disc Infantil de l'any 1998 por sus alegres piezas sobre poemas de Miquel Martí i Pol. En el 2000 Toti Soler graba de nuevo diecinueve canciones que forman parte ya de la memória poetica de todo un país, el disco Cançons es el penúltimo regalo de este mago que siempre sorprende y cautiva con su voz de terciopelo y el sonido claro de sus dedos de agua. Un disco que devuelve al Toti más solitario a los escenarios catalanes participando en el Festival d'Estiu de Barcelona 'Grec' del año 2001 y que le hace merecedor de dos prestigiosos premios dentro del ámbito de la 'cançó' catalana, el Premi Altaveu de Sant Boi de Llobregat y el Premi a la Popularitat que otorga la emisora radiofónica Radio 4. Toti Soler, fluye en el tiempo, respira incombustible toda la riqueza del tiempo i de su alentar constante surge siempre un aire nuevo. Durante el año 2002 registra en su propio estudio Vita nuova un disco que integra sabidurías musicales y poéticas acumuladas durante años, y donde sin embargo, cada tema contiene el tesoro de una vida propia, reflejo fiel de la capacidad de este músico en trasformar la vida más íntima i profunda en belleza compartida. Vita nuova se prensenta al público en el Palau de la Música de Barcelona i recibe el Premio que la Sociedad General de Autores y Editores (S.G.A.E.) otorga en la categoría de Nuevas Músicas en el año 2003. La mémoire et la Mer será el sello discográfico que el país vecino de Francia proponga, en el año 2004, a Toti Soler publicar un disco recopilatorio y representativo de su trabajo musical. Toti escoge, entre música y canciones, trece temas de diversos discos ya publicados para acercarse con una cálida y emblemática antología a público francés. El disco, que lleva por título Guitarra i Cançons, incluye también tres temas registrados en el año 1981 juntamente con Léo Ferré en los estudios Regson Zanibelli de Milán. Y como si se tratase de una premonición el año 2004 representa para Toti, discograficamente hablando, el año de la memoria. Salen a la luz dos discos cargados de historia, de tiempo y tradición. Toti Soler, amante de la música popular de su país, amante de su lengua, escoge, armoniza e interpreta canciones populares catalanas dotándolas del vuelo y la vigencia vital de la tradición más viva. Con la sensibilidad de aquel que ama lo más antiguo, lo más anónimo heredado como patrimonio común, Toti Soler interpreta y reinterpreta de nuevo el sentimiento atávico de las canciones populares : L'arxiver de Tortosa y Racconto, serán dos discos sorprendentes que ponen de manifiesto que el hombre y el creador, la música y la poesía, el talento y la sabiduría confluyen siempre en los discos que Toti ofrece al mundo. El final de 2004 tendrá para Toti un aire de otoño lleno de melancolia compartida. Por iniciativa del director teatral Joan Ollé , Toti Soler pondrá música a la obra del narrador y dramaturgo ruso Anton Txèkhov, L'oncle Vània. Y si el texto, en palabras de su director, haze enfermar el alma, la música que Toti compone e interpreta cada noche en directo en el Teatre Lliure de Barcelona, será un bálsamo de delicadeza, será un acento de soledad, será para cada una de las palabras pronuniciadas por los actores, prolongación y estremecimiento del ambiente apasionado e inmóvil que envuelve a Serebriakov, a Àstrov, a Ielena, a Sonia... En el año 2005 se cumplen diez años de la muerte de Ovidi Montllor. Esta tristisima efeméride supone para Toti Soler una presencia en los ecenarios catalanes tan inusual como intensa. Instituciones públicas y privadas reclaman y solicitan a Toti la creación de un montaje poético/musical que haga vivo el llegado artístico y moral de aquel que hacía temblar de tanta ternura, de tanta integridad, de tanta esperanza y tanta amargura. Y de esta manera, los más de veinticinco años de mutua admiración, de mutua entrega, de mutua maravilla por la voz y la música se recogen en el espectáculo y el disco Déu catalans i un rus, dando clara alusión a los diez poetas catalanes y al único poeta ruso a quien Ovidi Montllor y Toti Soler pusieron voz y música. Una vez más Toti Soler se vuelve el eco transparente e imprescindible de aquel que sabía como nadie ofrecer al amigo la más franca y leal alianza artística y personal. Y en medio de esta, casi frenética, preséncia escénica, una noticia que llega dando una señal de paz y de justicia : el Departament de Cultura del Govern de la Geralitat de Catalunya hace público el otorgamiento a Toti Soler del Premi Nacional de la Música 2005 en su 15ª edición. Un reconocimiento institucional tan justo como necesario por si aún queda alguien que tiene el atrevimiento ignorante de no apreciar y admitir entre los más grandes a este músico que habla con el alma al descubierto. Todos tenemos surcos en el corazón repletos de antiguas emociones. Pocos sin embargo, tienen el don y la generosidad de recoger con las manos la abundancia transparente que en ellos se alberga y darla a beber a todos los sedientos de amor, a todos los sedientos de vida. A estos privilegiados se les llama poetas, se les llama músicos. Toti Soler, poeta que escribe sus versos sobre el papel pautado de las seis cuerdas que siempre le acompañan ofrece en su último disco, callado y misterioso, casi místico, un raudal de luz y de aire transparente que da expresión y sentido al sonido transparente que vive y habita en el surco profundo de su Vida secreta . Una música que no puede ser únicamente escuchada con el oído, sino que exige y precisa ser comprendida por el alma.

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