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Oriol Pérez Treviño toma las riendas del Auditori, por Javier Pérez Senz

Al final se ha impuesto el sentido común y Oriol Pérez Treviño (Manresa, 1972), director del Festival de Torroella de Montgrí y coordinador ejecutivo del Centro Robert Gerhard, será el nuevo director general del Auditori de Barcelona, según el acuerdo alcanzado la semana pasada entre el Departamento de Cultura y el Ayuntamiento de Barcelona. Su elección pone fin a meses de especulación, tras el fracaso de la convocatoria para sustituir a Joan Oller, que ocupó el cargo entre 2001 y el pasado mes de febrero, cuando fue nombrado director general del Palau de la Música. De hecho, Oriol Pérez fue uno de los candidatos finalistas que la comisión asesora, formada por dos representantes del Departamento de Cultura y dos representantes del Ayuntamiento de Barcelona, había seleccionado previamente de entre los 29 candidatos presentados a la convocatoria que, contra todo pronóstico, fue declarada desierta por un jurado internacional. ¿De verdad no había ni un solo candidato para sustituir a Oller entre 29 candidatos? Costaba creerlo, y el primero que puso en duda la eficacia del proceso del sección fue el consejero de Cultura Ferran Mascarell. Y ha sido precisamente Mascarell quien al final ha impuesto el sentido común haciendo el trabajo que otros no supieron – o no quisieron- hacer en su día: escoger al mejor de los candidatos finalistas, en lugar de descartarlos a todos. La presentación pública del nuevo director general se hará en septiembre, coincidiendo con la explicación del contrato-programa que debe fijar los objetivos del Auditori, cuyos órganos rectores, según el procedimiento oficial, deberán ratificar próximamente al  nuevo responsable del centro.
Mascarell ha impuesto el sentido común haciendo el trabajo que otros no supieron – o no quisieron- hacer en su día: escoger al mejor de los candidatos finalistas, en lugar de descartarlos a todos.
La elección de Oriol Pérez Treviño es una feliz noticia, porque su pasión por la música no conoce límites. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Barcelona y doctorando en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona, se formó musicalmente en el Conservatorio Profesional de Música de su ciudad natal, Manresa: su formación musical se centra en las disciplinas de flauta de pico y fagot y milita con orgullo en las filas del movimiento historicista. Fruto de esa convicción en el valor de la interpretación de la música antigua y barroca con instrumentos originales y criterios de época, impulsa desde el Festival de Torroella las actividades de la Acadèmia 1750, formación que el viernes 5 de agosto protagoniza el concierto bajo la dirección de Stefano Demicheli, con un delicioso programa barroco con la mezzo-soprano Gema Cola-Alabert y el oboista Pepo Domènec como solistas. Otra de sus pasiones es la recuperación y difusión del patrimonio musical catalán tanto en conciertos como en diversos proyectos editoriales y discográficos, tanto en el seno del Festival de Torroella como al frente del Centre Robert Gerhard.  Pérez Treviño es también miembro de la Comisión Artística de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya(OBC) y del Patronato de la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC), y  fue coordinador general y artístico de la Red de Músicas de Cataluña (2000-2009), impulsando la celebración de más de 1.200 conciertos en Cataluña para promocionar a los jóvenes intérpretes catalanes. Asume ahora el reto más ambicioso de su carrera, y lo hace en un momento delicado, tanto por las crisis económica como por la falta de definición de algunas líneas de actuación del Auditori que no han alcanzado los niveles de calidad y proyección deseables en el marco de una programación que, hoy más que nunca, debe abrirse a todas las músicas para atraer al más amplio abanico de públicos posible: dinamizar la actividad musical de la ciudad, sumar esfuerzos, generar complicidades, situar la música en primer plano, como fuente de placer, de conocimiento y de enriquecimiento social. Los retos son múltiples, pero la tarea se presenta fascinante para un gestor que, entre otras virtudes, sabe programar con presupuestos ajustados a un alto nivel de calidad, con solistas y grupos de referencia internacional.
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